Se conoce como glíptica el arte de realizar grabados en general y de gemas o piedras duras en particular. En realidad bajo esta denominación se suelen englobar dos técnicas distintas: el intaglio o entalladura en el que el dibujo se realiza mediante un vaciado desde la superficie de referencia hacia el interior de la piedra (negativo) y cuyo objeto básicamente era generar una imagen en positivo al apretar sobre una masa blanca y el camafeo, en el que la figura está tallada en relieve que sobresale del plano de referencia (hacia el exterior de la piedra).
Ambas modalidades tienen sus adeptos ya que un intaglio bien logrado produce un efecto en tres dimensiones sobre el fondo, dando la impresión de que el dibujo se moviese al hacerlo la piedra (suponiendo un rostro que mira al espectador, lo hace en cualquier dirección que se contemple), en tanto que el efecto estético del camafeo es a primera vista más llamativo sobre todo si se utilizan piedras adecuadas.
La técnica se remonta al pueblo Sumerio en el sur de Mesopotamia desde el siglo IV aJC desde donde pasó a los conocidos escarabajos de Egipto y luego a las clásicas escenas mitológicas de Grecia y Roma. Tras una época de práctico abandono de este tipo de grabados, en Italia volvieron a resurgir en el siglo XVI auspiciados por los Medicci o en Francia por Francisco I, con trabajos que reproducían o imitaban a los clásicos.
Por aquella época fueron cobrando auge y llegaron a hacerse famosos los lapidarios de Idar-Oberstein en Alemania, que siguen siendo el principal centro de tallado de ágata y piedras de color, aunque se están estableciendo también en los paises productores de piedras preciosas.
Inicialmente en realidad se grababan cilindros de diversas piedras como el cristal de roca perforados axialmente en cuya periferia se había grabado alguna escena, de modo que al rodarlo sobre una materia blanda se reproducía la misma con el relieve invertido.
Posteriormente la técnica evolucionó hacia formas cónicas y cupulares, empleándose como material concha, amatista o jaspe y más tarde a formas completamente planas y piedras mucho más duras como la calcedonia. De la representación de escenas se pasó a la de símbolos y comenzaron a utilizarse como sellos de identificación reales.
Las técnicas y piedras utilizadas no han cambiado mucho con el paso del tiempo. Utilizando ágatas coloreadas en capas, es necesario ir desgastando adecuadamente la capa superior, generalmente más clara, de modo que vaya apareciendo por transparencia la capa inferior más oscura, obteniéndose con ello claroscuros de gran efecto. La dureza de las piedras las hace difíciles de trabajar y se requiere gran destreza y habilidad para representar sombras y detalles, como los cabellos. Un camafeo fino de piedra dura puede llevar hasta un año de trabajo, lo que justifica su precio, sobre todo en relación a los de concha.
Para el trabajado de piedras, del cincel se ha pasado a herramientas eléctricas que usan polvo de carborundo o diamante como abrasivo convenientemente refrigerados. Tras el grabado se pulen adecuadamente las superficies por métodos más o menos automatizados.
Aunque predomina el ágata, actualmente se graba cualquier clase de piedra como ópalo, jaspe, malaquita, esmeralda, marfil. lava volcánica, dobletes así como gemas más duras y valiosas como rubíes e incluso diamantes, aunque la dificultad del trabajo y los resultados estéticos obtenidos estarán en función del material empleado.
Para adquirir un camafeo o intaglio deberán seguirse algunas recomendaciones, entre ellas:
– Observar el grabado a contraluz en busca de cuarteados, desconchones o astilladuras,
– Verificar la definición de la imagen, viendo, p.e., cuán finamente están grabados los cabellos,
– ¿Tiene el diseño las proporciones correctas?. ¿Resulta atractivo el retrato o imagen?,
– En este análisis los criterios utilizados para las miniaturas lo son también para los grabados,
– Verificar que el material del segundo plano o fondo no sea pegado, buscando posibles burbujas en la unión,
– Pasar el pulgar sobre la superficie: si el tacto es suave, suponiendo que no está usado, probablemente haya sido grabado a mano,
– ¿Está firmada la pieza?. Consultar a un experto si no esta seguro de lo que ve.
Aunque, de acuerdo con lo hasta ahora dicho, no sean consideradas intaglios en sentido estricto, no deja de ser también grabado de gemas el esculpido realizado con multitud de piedras, mayoritariamente transparentes o traslúcidas, a las que aplican diseños innovadores o se realizan sobre la piedra facetada, lográndose efectos y fantasías de notable interés. Ver imágen de la izquierda.