Desde su descubrimiento por los hombres primitivos, posiblemente al buscar alimento en alguna playa, las perlas han sido una de las gemas más apreciadas y codiciadas. Es posible encontrar múltiples referencias a ello en la religión y mitología de las culturas más remotas, aún antes de la historia escrita. Las perlas fueron usadas como medio de pago durante mucho tiempo.
Las perlas eran tan apreciadas por los egipcios de la antigüedad que se hacían acompañar por ellas en sus enterramientos. Una leyenda dice que la reina Cleopatra, para ganar una apuesta con Marco Antonio de que ella podría consumir la riqueza de un reino en una sola comida, hizo pulverizar y disolver una perla en un vaso de vino que luego bebió.
Los antiguos griegos tenían a las perlas en alta estima, tanto por su cálido brillo y su reluciente irisdicencia como por su asociación con el amor y el matrimonio. De igual modo en la antigua Roma, las perlas fueron consideradas como el más alto símbolo de riqueza y posición social.
En la Alta Edad Media, las doncellas de la nobleza atesoraban collares de delicadas perlas o las incorporaban a los bordados de sus vestidos y los caballeros las llevaban consigo al campo de batalla, en la creencia que la magia de estas gemas los protegería de todo mal.
Tal importancia se concedió a las perlas que algunas cortes reales de Europa, durante el Renacimiento, dictaron leyes prohibiendo la tenencia y uso de perlas a plebeyos y ciudadanos no pertenecientes a la nobleza. Sin embargo, cualquier miembro de esta última clase podía apropiarselas sin mayores contemplaciones.
Durante la conquista de América, las perlas halladas en aguas de las Antillas se incorporaron a las riquezas cargadas en los galeones enviados a Europa, con tan desaforada codicia que prácticamente agotaron la especie perlífera de la zona.
Pero los poderes atribuidos a las perlas no eran exclusivos de la antigüedad, ya que hoy en día en algunos países orientales (India, China, Hong Kong), las perlas son reducidas a polvo e incorporadas a la composición de ciertos productos a los que atribuyen propiedades diversas. Se utilizan para ello las perlas conocidas como “keshi”, generadas de forma espontánea en el cultivo de perlas.
En la asociación natalicia de las gemas, la perla (piedra lunar) se vincula al mes de Abril y se le atribuye una excelente salud y longevidad.