Características más destacadas:
Especie Mineral | ÓPALO | Fractura | Concóidea, frágil |
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Composición | Dióxido de Silicio hidratado | Índice de Refracción | De 1,40 a 1,52 (Vítreo a resinoso) |
Cristal/Hábito | Amorfo/Formas redondeadas | Birrefringencia | Ninguna |
Densidad | De 1,85 a 2,40 g/cm3 | Dispersión (BG) | Inapreciable |
Dureza | De 5 a 6,5 (Mohs), Raya: BL | Color | Todos, incluso opalescentes |
Descripción:
Se agrupan en esta familia un conjunto de piedras con una peculiares características ópticas, como la opalescencia o irisación, muy apreciadas y delicadas, aunque no en todas sus variedades. Estos efectos, debidos a su estructura interna formada por diminutas esferas de cristobalita inmersas en un gel de sílice responsables de la reflexión y difracción de la luz que los alcanza (ver el apartado “Figuras lumínicas” en esta misma sección. Entre sus variedades tenemos: ópalo noble, en el que la opalescencia es notable con diversas subvariedades que aluden a su color dominante, el más apreciado por sus vivos juegos de colores suele llamarse ópalo precioso; ópalo de fuego, con un color naranja o rojo intenso, más o menos lechoso, que no suele ser opalescente que a veces llega a ser transparente y facetable, es famoso el ópalo de fuego de México; ópalo común, variedad muy abundante en la naturaleza, opaca o traslúcida sin juegos de colores, también con numeroso grupo de tipos en alusión a su aspecto, como el ópalo lechoso, o el ópalo musgoso, que contiene dendritas, o el ópalo de vidrio (hialita) transparente y con intenso brillo.
El ópalo tiene un elevado grado de humedad (hasta el 10%) de modo que es preciso protegerlos contra la deshidratación, la rotura o el calentamiento excesivo, lo que podría producirles fisuras, grietas o craquelados. Se conoce como hidrofana un ópalo lechoso que ha perdido el agua, recuperando su aspecto al rehidratarse.
Los mejores ópalos proceden de Australia, Gales, México, Brasil, Guatemala, Indonesia, Japón, Rusia o Usa, según variedades.
Piedras Parecidas:
Aunque no es fácil la confusión del ópalo, dadas sus peculiaridades, pueden presentarse dudas con el nácar, la labradorita o la piedra luna; el ópalo de fuego podría ser confundido con el granate o incluso la rodocrosita. Más frecuentes son las imitaciones a base devidrios o plásticos, que a veces se pretenden pasar por ópalos sintéticos, apreciados y con valores elevados. Es frecuente la utilización de dobletes y tripletes utilizando delgadas láminas de ópalo de buena calidad, a veces con buenos resultados.